El dictador Daniel Ortega arremete en contra de Lula y lo acusa de corrupto por su postura ante las elecciones en Venezuela

Daniel Ortega arremete en contra de Lula

El caudillo sandinista criticó abiertamente a su antiguo aliado y declaró la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Managua y Brasilia, menos de un mes después de que ambos países expulsaran a sus respectivos embajadores.

Los enfrentamientos diplomáticos entre Daniel Ortega y Luiz Inácio Lula da Silva, quienes solían ser grandes aliados ideológicos de la izquierda en Latinoamérica, no cesan. Este lunes 26 de agosto, durante la cumbre virtual de jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), Ortega arremetió contra del presidente brasileño, quien ha mantenido su posición como líder progresista al exigirle a Nicolás Maduro que presente las actas de los cuestionados comicios presidenciales del pasado 28 de julio.

“Si querés que te respete, respétame, Lula. Si querés que te respete el pueblo bolivariano, respeta la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andes ahí de arrastrado”, expresó Ortega desde Managua, acompañado de su esposa, la “copresidenta” Rosario Murillo.

En su encendido discurso, Ortega dio por terminadas las relaciones diplomáticas entre Managua y Brasilia, un hecho que ocurre menos de un mes después de uno de los enfrentamientos más serios entre ambos países: la expulsión mutua de sus embajadores. Todo comenzó cuando el embajador brasileño Breno Souza da Costa no asistió al acto del 45 aniversario de la Revolución Sandinista, celebrado el pasado 19 de julio. El gobierno de Ortega-Murillo se sintió ofendido por la ausencia del diplomático y ordenó su expulsión, dándole un plazo de 15 días para abandonar el país.

Aunque Itamaraty intentó que la Cancillería nicaragüense reconsiderara la decisión, la pareja presidencial no dio marcha atrás. Como respuesta, Brasil tomó medidas recíprocas y expulsó a la embajadora nicaragüense, Fulvia Patricia Castro Matus. La expulsión de los embajadores marcó una ruptura, aunque la relación ya se había enfriado gradualmente, exacerbada por la crisis con el chavismo por el gran fraude cometido en las pasadas elecciones venezolanas y los repetidos intentos de Lula de convertirse en mediador entre el régimen sandinista y la comunidad internacional, especialmente con El Vaticano.

Las relaciones entre Brasil y Nicaragua han estado congeladas durante un año, según Itamaraty, después de que Ortega ignorara los intentos de Lula por interceder, a petición del papa Francisco, para liberar al obispo Rolando Álvarez, un preso político que posteriormente fue desterrado a Roma. "Hablé con el Papa y él me pidió que conversara con Ortega sobre un obispo que estaba preso", explicó Lula en una entrevista con corresponsales extranjeros, refiriéndose al prelado condenado a 26 años de prisión por delitos considerados "traición a la patria". "Lo cierto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Así que nunca volví a hablar con él", detalló Lula.

Ortega respondió públicamente por primera vez este lunes en la cumbre del ALBA: “Si el Papa quiere comunicarse con nosotros, lo puede hacer: mantenemos contacto constante con ellos, con el canciller Pietro Parolin, ya hemos tenido varias conversaciones con él y se le habla con claridad y escucha. No necesitamos intermediarios, ni le pedimos a Lula que lo fuera”, dijo Ortega, mientras su esposa, en voz baja, le ayudaba a completar algunas frases.

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