Una salida negociada para salir de la crisis venezolana, así es el plan de México, Colombia y Brasil
Las naciones latinoamericanas de izquierda critican la decisión de Estados Unidos de reconocer al líder opositor Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones, argumentando que esto atrinchera a la dictadura de Nicolás Maduro.
Colombia, México y Brasil avanzan cuidadosamente en un plan para resolver la crisis poselectoral de Venezuela mediante negociaciones. Los presidentes Gustavo Petro, Andrés Manuel López Obrador y Luiz Inácio Lula da Silva conversaron por videoconferencia, coincidiendo en la necesidad de exigir al chavismo la entrega de las actas de votación y fomentar un diálogo directo entre Maduro y Edmundo González, sin la intervención de María Corina Machado.
Colombia y México subrayaron la importancia de prevenir cualquier escalada de violencia. Los cancilleres de los tres países darán seguimiento a esta conversación y podrían reunirse en Venezuela próximamente. Los tres líderes creen que una negociación directa entre Maduro y González es crucial, dado que Machado, inhabilitada por el chavismo, ha sido la figura central de la oposición, mueve masas e incomoda enormemente al régimen.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) reafirmó la victoria de Maduro, pero la oposición sostiene que González ganó, según actas verificadas. Los presidentes creen que convencer a Machado de asumir un rol secundario es esencial para avanzar. México, a través de la canciller Alicia Bárcena, será el encargado de acercarse al chavismo debido a sus contactos previos.
López Obrador criticó la postura de Estados Unidos, calificándola de imprudente. La declaración del secretario de Estado, Antony Blinken, complicó el panorama del diálogo, pero los líderes latinoamericanos de estas naciones de izquierda creen que aún hay margen para la negociación. Un incidente con el presidente chileno Gabriel Boric también causó tensiones, pero el canal de comunicación sigue abierto.
Los presidentes emitieron un comunicado conjunto pidiendo una verificación imparcial de los resultados y exhortaron a la calma para evitar más violencia. La posibilidad de una reunión entre González y Maduro está en discusión, aunque se debate el lugar más adecuado. Internamente, el chavismo ha considerado un acuerdo que incluya una amnistía, pero algunos opositores desconfían de sus intenciones.
La posibilidad de organizar una reunión entre Edmundo González y Maduro está sobre la mesa. Se debate si el mejor lugar para realizarla sería el Palacio de Miraflores o un sitio neutral. Miraflores está casi descartado por la actitud intimidatoria con la que Nicolás Maduro a veces trata a sus visitantes, como pueden dar fe embajadores y dirigentes de otros países.
En reflexiones internas del chavismo, de acuerdo a un dirigente del PSUV, el partido oficialista, se ha llegado a hablar de un acuerdo conjunto, con los militares venezolanos como garantes, que garantice la no persecución judicial ni política de sus dirigentes. Petro llegó a decir que podría tratarse de una amnistía que alcanzara también a los opositores, como la que hizo España para dejar atrás el franquismo. La condición que se pondría, siempre de acuerdo a este cuadro del oficialismo, sería apartar a Machado, impedirle que asuma cualquier cargo en un nuevo Gobierno de transición.
Los que desconfían del chavismo piensan que esta es otra de sus tretas para dilatar una negociación y conseguir su objetivo último, seguir en el poder a cualquier precio. Si no fuese Machado, sostiene esta corriente, su argumento serían las sanciones, el terrorismo, una invasión extranjera o hasta Elon Musk, con quien Maduro se ha enfrascado en atacar en estos últimos días.
La situación en Venezuela sigue siendo crítica, con el futuro del país en juego y los líderes de estos tres países latinoamericanos trabajando para encontrar una solución pacífica y negociada a la crisis electoral.
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