EEUU Bombardea Irán: Mira como se llevo a cabo la operación

Trump ataca a Irán

La confidencialidad fue el eje central del Pentágono en la planificación de la Operación Martillo de Medianoche, ejecutada el pasado sábado contra infraestructuras nucleares en Irán, bajo las órdenes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. De acuerdo con declaraciones del secretario de Defensa, Pete Hegseth, y del jefe del Estado Mayor, general Dan Caine, se recurrió a diversas tácticas de distracción para evitar cualquier fuga de información que pudiera alertar al gobierno iraní. El operativo representó una ofensiva de gran magnitud: se movilizaron 125 aeronaves para lanzar 75 misiles, entre ellos 14 bombas antibúnker de más de 13 toneladas.

Según Hegseth, los primeros reportes indican que el ataque logró su cometido y que las instalaciones nucleares ubicadas en Fordow, Natanz e Isfahán habrían sido destruidas. No obstante, los altos mandos militares señalaron que será necesario un periodo de evaluación para determinar con precisión el impacto real. Las mediciones realizadas por el Organismo Internacional de Energía Atómica no detectaron niveles significativos de radiación fuera de los complejos, lo que plantea dudas sobre la gravedad de los daños, pese a las afirmaciones de la Administración estadounidense, conocida por su retórica exagerada.

La operación, según Hegseth, fue comunicada al Congreso conforme lo establece la ley. Sin embargo, CNN reveló que Trump únicamente informó a legisladores republicanos, dejando fuera a los demócratas. Altos funcionarios confirmaron que el plan llevaba meses en preparación con el objetivo de brindarle al presidente la posibilidad de ordenar un ataque si lo consideraba necesario. Durante ese tiempo se trasladaron refuerzos militares a la región, mientras la retórica de Trump hacia Irán se volvía cada vez más agresiva, pese a que su gobierno sostenía negociaciones sobre el programa nuclear iraní hasta diez días atrás.

Los preparativos se intensificaron hace unas semanas tras el incremento de tensiones entre Irán e Israel, así como el bombardeo israelí del 13 de junio contra objetivos nucleares y militares iraníes. Los planes se manejaron con un nivel extremo de confidencialidad y solo un grupo muy reducido de personas tuvo conocimiento, según detalló el general Caine.

El nivel de secretismo fue tal que se emplearon maniobras de engaño: en las horas previas al ataque, varios bombarderos B-2 se dirigieron visiblemente hacia el Pacífico como señuelo. Este movimiento captó de inmediato la atención de medios y analistas, ya que esos aviones son los únicos capaces de transportar las pesadas bombas GBU-57, diseñadas para penetrar bunkers profundos como los de Fordow, ubicados bajo montañas al sur de Teherán.

Operación Martillo de Medianoche en contra de Irán
Periodistas toman fotografías de un gráfico que muestra la Operación Martillo de Medianoche durante la rueda de prensa en Washington.

De acuerdo con los registros de aplicaciones de seguimiento aéreo, los bombarderos simulaban volar hacia la base militar de Diego García, en el océano Índico, una ruta que tomaría varias horas. Pero en realidad, el grupo de B-2 asignado a la operación voló en dirección opuesta, hacia el este, en un trayecto más corto y en modo sigiloso. Las primeras bombas GBU-57 impactaron en Fordow a las 18:40, hora de Washington (02:10 en Teherán, 00:40 hora de España). Esta fue la primera vez que ese tipo de armamento se usó en combate, mientras Trump mantenía una reunión con su Consejo de Seguridad Nacional en la sala de crisis de la Casa Blanca.

El general Caine subrayó que el ataque fue ejecutado exclusivamente por fuerzas estadounidenses, sin participación israelí. No obstante, reconoció que los bombardeos previos realizados por Israel debilitaron significativamente los sistemas de defensa iraníes, lo que facilitó la ejecución de la operación por parte de EE.UU. sin mayores obstáculos.

Los ataques finalizaron en menos de media hora, a las 19:05 (hora de Washington). En total, participaron siete bombarderos B-2, que atacaron las instalaciones en Fordow y Natanz con 14 bombas GBU-57. A ello se sumaron unos 30 misiles Tomahawk dirigidos a Isfahán, donde se encontraban misiles balísticos de largo alcance iraníes. Según Caine, el objetivo era mantener el factor sorpresa. En total, se utilizaron 125 aeronaves, entre ellas bombarderos, cazas, aviones de reabastecimiento y vigilancia, lanzando 75 proyectiles, incluidas las bombas antibúnker.

Como fue el ataque de EEUU a Irán
Así es el ataque del arma antibúnker de los Estados Unidos.

Simultáneamente, la Casa Blanca informó a la prensa que no habría más actividades oficiales durante el día, sin hacer mención a lo que sucedía en Medio Oriente. No está claro si entre las tácticas de distracción del Pentágono se incluyó la declaración que Trump hizo el jueves previo, donde aseguró que esperaría dos semanas para decidir sobre un posible ataque, en un intento por dar espacio a la diplomacia. Sin embargo, la ofensiva se produjo apenas 48 horas después de sus palabras.

El general Caine indicó que, durante toda la operación, los aviones estadounidenses no fueron detectados ni atacados en ningún momento. “Todo indica que mantuvimos el factor sorpresa”, declaró durante una rueda de prensa en el Pentágono el domingo. Según los mandos, las tres instalaciones atacadas presentan “daños extremadamente severos”, aunque todavía se requiere más tiempo para precisar el alcance total de la destrucción.

EEUU ataca a Irán
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, este domingo en la rueda de prensa en Washington D.C.

Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, reiteró que Estados Unidos no desea entrar en guerra, pero advirtió que responderá de forma rápida y contundente si se amenazan sus ciudadanos, aliados o intereses. Paralelamente, el vicepresidente J.D. Vance declaró en el programa Meet the Press de NBC que los bombardeos infligieron un daño considerable al programa nuclear iraní.

JD Vance también exhortó al régimen iraní a atender el llamado del presidente Donald Trump y cesar sus actividades de enriquecimiento de uranio, apelando a la posibilidad de alcanzar una solución pacífica. “No estamos en guerra con Irán, sino con su programa nuclear”, puntualizó el vicepresidente.

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