Entre misiles y diplomacia: Trump se abre a negociar con Maduro

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado a sus asesores que está preparado para sostener una conversación directa con Nicolás Maduro en medio de una escalada de acciones militares en el Caribe. Esta posible llamada se produce pese a que el propio gobierno estadounidense ha catalogado a Maduro como líder de una organización terrorista, según revela el medio Axios.
Esta decisión de Trump evidencia un giro estratégico hacia una combinación de presión militar y apertura diplomática. En las últimas semanas, la operación militar en el Caribe ha intensificado los ataques contra barcos que presuntamente transportaban sustancias ilícitas desde Venezuela, con al menos 21 ataques con misiles que han dejado más de 80 fallecidos.
Aunque algunos asesores aclararon que actualmente no existe un plan para realizar una intervención directa dentro de Venezuela, sí se mantiene activa la estrategia de hundir embarcaciones que se consideren parte del tráfico ilícito.
El interés por abrir un canal de diálogo con Maduro refleja un enfoque conocido como “diplomacia de acorazado”, en el que la fuerza militar acompaña o presiona negociaciones políticas. Sin embargo, dentro del propio gobierno estadounidense existen dudas sobre la utilidad de negociar con el mandatario venezolano, a quien acusan de incumplir compromisos previos como prometer elecciones libres o frenar el envío de petróleo hacia aliados estratégicos como Rusia. Aun así, la posibilidad de una llamada entre ambos presidentes sigue abierta, aunque sin fecha definida.
Este movimiento ocurre en un contexto geopolítico tenso, ya que Venezuela es uno de los países con mayores reservas de petróleo del mundo y mantiene vínculos estrechos con potencias como Rusia, China e Irán. La Casa Blanca, por su parte, insiste en que la opción militar continúa sobre la mesa, aunque en este momento la prioridad parece ser mantener la presión en el mar y explorar una salida negociada. El eventual diálogo entre Trump y Maduro podría marcar una nueva etapa en la relación entre ambos países, definiendo si prevalecerá la confrontación, la diplomacia o una combinación de ambas.




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