El sector privado de Nicaragua esta recibiendo menos préstamos internacionales

En Nicaragua, el sector privado enfrenta desafíos financieros significativos, a pesar de su papel crucial en el desarrollo económico. Contrariamente a lo esperado, este sector está experimentando una disminución en el financiamiento externo, mientras se ve obligado a acelerar el pago de sus deudas. Esto se refleja en una reducción del saldo de la deuda externa del año pasado, que cerró en 6,665.1 millones de dólares, una disminución de 735.1 millones con respecto al año anterior.

La reducción del saldo se atribuye principalmente al rápido pago de las deudas. El año pasado, el sector privado pagó un total de 3,573.2 millones de dólares en servicio de deuda externa, lo que representa un aumento significativo con respecto al año anterior, donde el monto fue de 3,072 millones de dólares. Este pago se distribuyó en amortizaciones por 3,465.4 millones de dólares y 107.8 millones de dólares en intereses y comisiones. La mayoría del servicio de deuda se destinó a préstamos a corto plazo, con 51.9 por ciento del total, mientras que el servicio de deuda a mediano y largo plazo sumó 1,719.5 millones de dólares.

Un economista que prefirió mantenerse en el anonimato sugiere que este aumento en el pago de la deuda del sector privado puede atribuirse al vencimiento de varios préstamos, así como al intento de las empresas de liquidar sus préstamos en un entorno de altas tasas de interés en los mercados internacionales.

El mantenimiento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, a pesar de las expectativas de recortes para combatir la inflación, ha contribuido a encarecer los préstamos en los mercados financieros, exacerbando la situación para el sector privado de Nicaragua. Esto se agrava aún más por el clima de hostigamiento e incertidumbre política impuesto por el gobierno de Daniel Ortega, lo que aumenta el riesgo país y, por ende, las tasas de interés.

Según el Banco Central de Nicaragua, la tasa de interés promedio ponderada de la deuda externa del sector privado fue del 5.33 por ciento el año pasado, siendo más alta para la deuda del sector no financiero que para la del sector financiero. Las tasas más altas corresponden a la deuda con acreedores privados, con un promedio del 8.16 por ciento, seguido de la deuda con acreedores oficiales, con una tasa promedio del 4.36 por ciento.

Se acelera el pago de la deuda

Los datos oficiales indican que desde 2019, el sector privado ha incrementado significativamente los pagos hacia sus acreedores internacionales. En ese año, por ejemplo, el servicio de la deuda del sector privado ascendió a 2,738.3 millones de dólares. Sin embargo, estos pagos se vieron afectados por la pandemia en 2020 y 2021, lo que ocasionó una disminución en los montos. No obstante, para 2022, el saldo superó los 3,000 millones de dólares.

Durante el año pasado, los desembolsos totales al sector privado sumaron 2,708.5 millones de dólares, reflejando una disminución de 148.4 millones de dólares (-5.2 por ciento) en comparación con 2022, cuando alcanzaron los 2,856.9 millones. Según el BCN, el sector financiero representó el 52.3 por ciento del saldo de la deuda externa privada, equivalente a 3,486.3 millones de dólares, con una disminución de 47.2 millones de dólares (-1.3 por ciento) en relación con el saldo de 2022 (3,533.5 millones).

Por otro lado, el saldo del sector no financiero fue de 3,178.8 millones de dólares, lo que mostró una disminución de 687.9 millones de dólares (-17.8 por ciento) respecto al año anterior (3,866.7 millones). Esta reducción en la deuda externa privada se centró principalmente en la deuda de corto plazo contraída con acreedores privados, como la banca comercial, proveedores y otros.

El economista enfatiza que la mala racha del financiamiento externo al sector privado tiene un impacto directo en el desarrollo, ya que gran parte de estos recursos suele destinarse a financiar la actividad productiva. Según el reporte del BCN, el 98.7 por ciento de los desembolsos provinieron de acreedores privados, totalizando 2,672.8 millones de dólares, mientras que el resto procedió de acreedores oficiales.

Los principales sectores que recibieron los desembolsos del sector privado fueron la industria manufacturera (36.4 por ciento), el comercio (26.9 por ciento), la intermediación financiera (23 por ciento), la minería (8.1 por ciento) y otros sectores (5.6 por ciento).